domingo, 3 de marzo de 2013

Hola amigos.

2 años prácticamente sin aparecer por aquí y el motivo de la vuelta es el habitual: reto cientounero en ciernes el próximo 11 de Mayo.  Esta vez el objetivo es llegar a la meta, que es loable logro, y además hacerlo si es posible dentro del propio día 11 de Mayo, es decir, bajar de 13H, lo cual ya son palabras mayores.

Para ello la temporada comenzó allá por el mes de Septiembre con la maratón de Valencia cómo primera meta volante.  Desde el comienzo del 2013 habrán hasta llegar a la cita 20 entrenamientos LL (largos lentos) de los cuales se ha llegado a la mitad del camino con la Media Maratón de Collado Villalba que se ha celebrado hoy y donde he completado el décimo de ellos corriendo 25 Km. La media más una propinita de 4 extras. Por el camino han quedado también la Maratón de Tarragona y la primera Maratón Montes de Cobeña en la que junto a unos amigos participé en su organización. A día de hoy me contemplan 433 días consecutivos (Streak Runners) saliendo a entrenar o participando en carreras. Todavía un poco lejos de mi amigo UVEG que va por los 900, pero por algo hay que empezar.

La próxima semana está el test más importante de cara al objetivo.  Se trata de la Marxa Plus als Castells de la Segarra.  En resumen, 81Km por caminos Ilerdenses de la citada comarca.  Hay 3 objetivos a saber:

Acabar.  Acabar en un estado decente.  Bajar si se puede de las 10 H, lo que constituiría una buena prueba de que se está en el buen camino. No bstante si el tercero no se puede cumplir, tampoco será un drama.  Cada carrera es una historia y lo que pase el próximo Domingo nada tendrá que ver con lo que suceda 2 meses más tarde.

Cuento con la energía positiva de los amigos, así que ya podéis ir enviándola.  Si alguien quiere llamar para que no me aburra en las 10 horas de carrera el día 10, estaré disponible desde las 7 de la mañana que empieza la cosa hasta...  hasta un buen rato después.

Salud y saludos.

domingo, 15 de mayo de 2011

AQUÍ NO HAY CRISIS





Esta nueva aventura comenzó allá por el verano del 2010 cuando, con unos kilos extra, y en busca de nuevas motivaciones y retos para seguir adelante, empiezo a tirar la caña por los círculos más allegados para alistarnos nuevamente a la Serranía. Evidentemente el anzuelo no debió ser el más apropiado porque en todos los caladeros que se lanzó volvió impoluto: mago, Alemán, Bonafont, Berruezo… El único berzotas que picó su propio anzuelo fue servidor que el 8 de Enero estaba bien prontito haciendo cola para apuntarse a la legión con el número 19.

Atrás quedaban ya algunos meses de preparación que comenzaron en ese mencionado estío y con la finalidad de empezar a acumular polvo en las zapatillas y curriculum para llegar a la cita en las mejores condiciones: cross de la pedriza, maratón de Espadán, las 4 medias de Noviembre. Enero deparó fundamentalmente la maratón volta a peu a L’albufera y Febrero la clandestina. En ese momento estaba fino, fuerte. No se si anticipadamente a 3 meses vistas del gran evento, pero de algo había que quejarse.

En esta ocasión y como preparación decidí culminar con la prueba más larga a 8 semanas de Ronda: “la marxa dels Castells plus”. Algo de un perfil más o menos semejante con idénticos caminos y con una distancia de 70 Km. Sin duda un buen test que serviría para calibrar como iba la cosa. La verdad es que fue más que bien y las 8 horas que tardé en acabar aquella prueba hacían presagiar buenos resultados si el tema no se torcía por lesiones u otro tipo de imperativos. (las malas tentaciones también juegan)

Unos días de descanso fallero y desde el 20M, una vez quemadas las fallas había que quemar también los malos espíritus y los excesos gastronómicos. Desde ese momento 40 días impolutos de streak runner han ayudado a mantener un estado de forma más que decente. Hay que considerar que a diferencia de hace 2 años, decidí no afrontar en Abril ninguna prueba dura, tipo maratón o travesía de montaña larga. En esta ocasión han sido exclusivamente entrenamientos y alguna que otra media maratón que he tomado como tal. Había que probar nuevas cosas y enfocar esta prueba como el entrenamiento idóneo para una maratón pero un poco “a lo bestia”. Salidas más largas, último gran entrenamiento a 8 semanas (en lugar de a 4 como es el estándar en maratón) llegar descansado el día de la prueba… y así casi todo. A fe de cómo han salido las cosas creo que ha sido una decisión acertada.

El día antes.-


En esta ocasión el transporte elegido ha sido el tren. Más cómodo, más rápido y sobretodo evitando la paliza de 7 horas de coche de Ronda a Madrid. El viernes a las 8’30 puntualmente estábamos subidos en el altaría, la moreneta y el que suscribe, llegando poco después del mediodía al destino. Los que ya habéis estado por aquí en tan señaladas fechas ya sabéis el ritual: recogida del dorsal, pasaporte legionario y bolsa del corredor.


Comida ligera, siesta corta y preparación de todos los elementos logísticos para enviar las mochilas de apoyo a Setenil y al cuartel. Este año hay un problema: el tiempo. Todas las predicciones dan lluvia para aburrir el sábado desde la madrugada, pero el tema es que en Ronda no se divisa ni una nube en el horizonte. ¿Debíamos prudentemente hacer caso a los vaticinios internetiles y preparar todo tipo de artilugios para estar prevenidos? O por el contrario ¿debíamos afrontar la prueba con el ardor guerrero legionario, arriesgando y no temiendo a la muerte, digo a las inclemencias? ¿Ruedas de seco o de mojado? O sea, que si una pruebecita de este tipo no le deja a uno ya bastante nervioso en condiciones normales, imaginaos con este tipo de problemitas. Al final, lo mejor fue enviar de todo un poco en ambas mochilas y además contar con una de apoyo con la moreneta que se situaría en algún punto intermedio para ayudar en posibles contingencias de vestuario. Por lo tanto, mochilas a reventar al camión y en busca de la pizzeria de guardia.


Por aquello de las manías y/o supersticiones había que repetir en la misma de 2 años atrás, eso sí, sin probar la p… pizza de entonces. Una ensalada y una pasta fresca fue el menú elegido. Nada del otro mundo, pero cumplimos con la tradición. Después de eso, concentración en el hotel y a descansar como buen cientounero.


El día D.-

El despertar de un día de estos de gran evento la verdad que para mí es algo poco agradable. Recogido en el lecho, los primeros pensamientos que se me vienen normalmente son ¿qué necesidad tengo de meterme en estos líos? ¿No podría quedarme aquí tan ricamente? En fin, un mar de dudas y angustias que se van pasando poco a poco pero que en los primeros momentos no son nada recomendables. Por si faltaba poco en esta ocasión seguía con las dudas de los neumáticos de seco – mojado – mixtos…

Durante la noche no había caído ni una gota de agua, al contrario que auguraban las predicciones, pero el cielo, ahora sí, estaba negro con un sol que no tenía la osadía de asomar para iluminar las cientouneras ilusiones. La táctica prevista era salir exclusivamente con un cinturón que lleva 2 bidones pequeños de agua y un pequeño bolsillo para una barrita y el teléfono. Por supuesto, la ropa que había dejado preparada para salir, dicho sea de paso con el mimo que ponen los utilleros futboleros cuando preparan la de los Mesi de turno, no tenía nada claro que fuera la apropiada. Me explico. En condiciones normales pantalón corto o malla corta con camiseta ligera es lo más adecuado pero, teniendo en cuenta que en esta prueba por la avalancha de gente que participa tanto a pié como en bicicleta (más de 7.000) hay que estar como hora y media antes de la salida en el campo de futbol de donde parte. Si uno se queda allí en camisetita en medio de un diluvio corre el riesgo de ni siquiera salir puesto que no hay espacio físico para guarecerse. Por otro lado, y suponiendo que la lluvia nos visitara exclusivamente después es muy arriesgado calarse hasta los huesos y enfriarse ya que en una prueba tan larga uno camina, corre, se para… y se puede quedar tieso como la mojama de Pedralba. La moreneta no iba a estar hasta el Km. 34 por lo que no era nada prudente salir a pecho descubierto.


Finalmente la prudencia se impuso sobre la comodidad e incluso sobre la costumbre. “salgo a correr con mochila” En ella podría llevar chubasquero, calcetines secos, otra camiseta por si me mojaba en exceso etc. etc. Ventajas: solventaba los problemas de vestuario y aportaba esa tranquilidad. Desventajas: no estoy acostumbrado a correr con la mochila, que aunque es superligera, para los acostumbrados solo a correr es un poco coñazo. De hecho solo la había probado en una carrera de montaña 7 o 8 meses atrás. A pesar de ello creo que fue la decisión más inteligente.

Por supuesto mi ego se vio acrecentado cuando nada más traspasar el umbral de la puerta del estadio, una vez mostrado mi “pazaporte” al aguerrido legionario, empezaron a caer los chuzos de punta. Servidor, logísticamente preparado para tal contingencia, aguanto estoicamente la breve inclemencia contemplando las dantescas imágenes de cientos de aspirantes a cientounero en manguita corta tratando de refugiarse hasta debajo del larguero de la portería. Esto no duró mucho, pero lo suficiente para molestar lo suficiente y para generar más ansiedad que la propia del evento.





Salvado todo esto hubo el consabido discurso del general, los vivas reglamentarios mentando la nación, la corona y el tercio así como la “canoná para los ciclistas” que desde hace un tiempo se sustituye por un petardo sanferminero. En esta ocasión tenía un objetivo adicional en la prueba que era correr y como un atleta no tiene que serlo sino parecerlo, era muy importante, a diferencia de otros años, conseguir una buena posición de salida. Por ello tuve que estar muy atento y meterme en la guerra de empujones para estar en la fila 8/10. Había que estar allí por 2 motivos: evitar a los marchadores lentos desde el principio que hacen perder bastante tiempo y lo más importante. Un chute de confianza y autoestima.

Por cierto, de reseñable comentario es la sensación de soledad que tiene uno en medio de 7.000 personas que no conoce y con la concentración puesta en el toro que tiene por delante. Eso si, la moreneta, estaba en su sitio en la grada y con renovado optimismo y confianza hacía mí. Más de la que yo tenía…

Finalmente llega la hora de la salida que decido afrontar con el chubasquero puesto dado el color del cielo y lo que acababa de suceder minutos atrás. Parece que cuando uno echa a correr se quita de encima un peso importante. Lo único que hay que hacer es avanzar, avanzar… no parar. El comienzo, como todas las carreras de mucha participación, es nervioso. Hay que tratar de correr un poco más de lo que toca para esquivar a los imprudentes que bastones en ristre caminan a ritmo de ver escaparates y a la par para que se pasen lo antes posible los kilómetros iniciales y coger una “marcheta” constante.

La idea inicial era bajar de 15H y para ello la táctica era correr, correr y correr. Todo lo que se pudiera. Por mis recuerdos sabía que hasta Arriate, Km. 32 se podía conseguir puesto que no hay grandes desniveles, e incluso renuncié a la manida estrategia de antaño de correr y caminar en las subidas. Salvo imponderable no lo haría. Con esa idea partí y lo apliqué. En los primeros tramos de subida tenía que esquivar a la gente que iba caminando. Yo no quería hacerlo; de ninguna manera.
Paso el km 10 en 1 H exacta. Antes, el chubasquero ha vuelto a la mochila ya que aunque no hace calor, frío desde luego que no y además no llueve de momento.

En el Km. 20 como un reloj: 2 H y todo en orden. Sigue sin llover, sigo sin comerme la cabeza y todo está en orden. Ah, eso si 2 cosas. En el 11/12 recibo una llamada de José Pepe que atiendo a golpe de jadeo y que me da una moral enorme. Es bueno que se acuerden de uno. El kilómetro posterior lo hago como un poseso henchido de gloria y moral. El 17 se lo brindé a mi ínclito Alemán. Allí fue donde me hundió psicológicamente hace 2 años cuando espetó eso de “Solo quedarrrr 2 marrratones! Esta vez iba entrenado y fui yo quien lo gritó a pleno pulmón. Menos mal que nadie pasó por allí en ese momento ya que corría el riesgo de que me hubieran tildado de majara o bien de hundir a alguien en la miseria.

En el 30 sigo igual de puntual que el Ave. “xe, a este paso 10 H” me cachondeaba de mi mismo. Eso, seguro, no iba a suceder. Eso sí, el objetivo se iba cumpliendo, es decir, correr todo el tiempo a un ritmo cómodo, que para mí es alrededor de 5’ 45” por Km, parar en los avituallamientos, beber, tomar las barritas… Adicionalmente este año había un bucle dentro del circuito ascari donde nos cruzábamos los corredores. Unos que iban por el Km, 14/15 y otros que venían de vuelta por el 25/26. Lo bueno es que cuando yo iba por el 15 nadie lo hacía por el 25 pero cuando regresé, la columna de cientouneros era larga e interminable. ¡Qué moral ver que les sacaba tanta distancia! Es curioso ver los semblantes de muchos de ellos que miran como diciendo, “jo como van este tios que bajan” Por otro lado sabía que en Arriate me encontraría a la moreneta y que con su apoyo y la logística me iba a servir de ayuda adicional Seguía sin llover, el sol empezaba a asomar perezosamente y tenía decidido arriesgar “con los neumáticos de seco”, es decir, dejarle la mochila, que dicho sea de paso molestaba solo lo justo, pero que lógicamente era más incómoda que el cinturón con los bidones que pensaba ponerme cuando llegara a la moreneta.


Este año el típico avituallamiento de Arriate no estaba allí. Lo habían desplazado un par de Kilómetros más arriba y una vez pasado el primer Km. de la cuesta de los cochinos. Por un lado se hizo un poco más largo llegar allí pero por otro, la cuesta que tantos disgustos me ha dado en esta vida se hacía algo más corta de esta manera. Esto era el Km, casi 35 y allí llegué en 3H 35”. En tiempo ya que el inicio “cochinil” ralentizo algo la marcha. Bueno, ya podéis imaginar; besos, abrazos, cambio de mochila por cartuchera, avituallamiento y salida hacia Setenil abordando primero la cuestecita de marras. Salí a las 3 menos 20 y le comenté a la moreneta que sería muy bueno llegar a Setenil a las 6 y media, descansar media hora hasta las 7 y afrontar la última maratón con 7 horas de tiempo para completarla y llegar en menos de las consabidas 15 H.


















Con esos pensamientos me encaminé a escalar el Vertice Salinas. En relación a otros años había varias diferencias esenciales: quedaban solo ¾ partes, no hacía calor. La temperatura era perfecta. El tercer condicionante favorable era que, me sentía bien, sin ningún tipo de dolor, ni de agobio ni de nada. No había crisis. Solo tenía en mente subir tranquilamente y afrontar los 20 Km hasta Setenil lo mejor que pudiera e intentando correr algo. 2 años atrás apenas pude hacerlo debido al calor y una vez coronado el punto más alto fue cuando tuve las tentaciones de abandono en aquella ocasión. En esta la cosa fue totalmente diferente ya que no solo corrí un poco cuando la cuestecita se dejaba sino que una vez coronada, con la mayor naturalidad, poco a poco, me puse a trotar y no paré hasta la entrada a Setenil. ¡qué diferencia! ¿Qué está pasando aquí? Hubo momentos de euforía y las propias ganas de llegar con un “marcón” a este punto estratégico me agobiaban un poco. Veía que iba a llegar prontísimo y empecé a hacer cábalas de tiempos, que por muy prudentes que fueran, siempre mostraban un resultado mucho mejor de cualquier cosa esperada. Jugando jugando, calculando calculando, a las 17’ 30 H estaba Sandwich en ristre en Setenil. ¡6H y media para 58 Km en Ronda!

Lo mejor de todo es que podía haber corrido el riesgo de quedarme vacio, pero es que estaba mucho mejor que h acía 2 años cuando tardé 2 H y media más. Para más datos ni una ampolla, ni una rozadura. Nada de nada. Hasta se había quedado una tarde esplendida con el sol brillando en todo su esplendor, sin calor, y sin una sola nube que osara aparecer. ¿Cómo podía ser todo tan perfecto? ¿Tendría que pasar algo? Seguía sin haber crisis.





















Después de los consabidos cambios de ropa, comer como un campeón, fotografías con la moreneta, etc. etc. salí con toda la determinación del mundo hacia el cuartel, que a 19 Km. me esperaba impaciente para proveerme de buen rancho legionario. De ese tramo guardaba especial buen recuerdo ya que en 2009 fue donde resucité y comencé a sentirme razonablemente bien después de arrastrarme los primeros 60KM. Recuerdo que en aquella ocasión pensaba hacer 4H y acabé, junto a Bonafont, haciéndolo en 2H 45. Cómo aquella vez corrimos mucho y rápido pensaba que hacer 3 horas, es decir, llegar a las 9 al cuartel sería una meta fabulosa. Podría descansar y comer durante media horita y salir a las 9’30H en busca de la gloria cientounera. Tendría 4H y media para conseguir el objetivo.


Con esos pensamientos me embarqué hacia el cuartel y sabiendo que la primera parte de ese tramo era de subida alternada con algún llano. Allí fue donde comenzamos 2 años atrás con el jueguecito de 2’ de carrera con 6’ de caminar. Este año, por nostalgia cientounera no me pude resistir a comenzar con este tema igualmente, pero, corría 2’ y no paraba. ¿para que voy a caminar si estoy bien? Esto ya me empezaba a preocupar. Más de 70 Km, sin un solo problema, con un ritmo de la leche, corriendo casi todo el rato a excepción de lo imposible… ¿No bajaré de 13 H? ¿No llegará antes de la medianoche? ¿No batiré el record de Javier Muñoz? El tema es que al ritmo que iba llegaría al cuartel a las 8 y media, como así fue, y por lo tanto, si no paraba allí más que un par de minutos renunciando a la bandeja de rancho y salía escopetado me quedaban 3H y media para bajar de 13H. Hubo suerte: la providencia y los malos pensamientos cercanos a la imprudencia me estaban incitando a pasarme un poco cuando, no se si atraído por los mismos o por cuestiones telepáticas recibí la llamada de Javier Muñoz. Aparte de los ánimos de rigor y cuestionado por su marca, este me informó que cuando hizo Ronda fue en 12H y cuarto, lo cual para mí fue una bendición ya que eso estaba fuera de mi alcance y despejó mis dudas. Pararía en el cuartel. El acicate de llegar antes de la medianoche no era suficiente como para arriesgar y perder un avituallamiento importante. Si hubiera atisbado posibilidad de batir a Javier hubiera corrido hasta reventar. ¡Menos mal que no había opción!

Pues eso, que a una hora muy apropiada para la cena legionaria, 20’30H allí estaba, hambriento, cansado pero seguro de conseguir la gesta. Ingesta de sopita, flamenquín, coca-cola, cambio de ropa y “p´álante” Seguía sin haber crisis.


















Salí del cuartel a las 8’ 55” sabiendo que salvo debacle bajar de 14 H. no se escapaba. Tenía un margen de 4H largas que fue lo que tardé hace 2 años donde apenas corrí un paso. En esa ocasión el 90% fue caminando. Por ese motivo pensaba que por muy mal que fueran las cosas no tardaría más de esas 4 H. Como había que ir ganando tiempo al tiempo, comienzo a trotar una vez salido del cuartel y hasta la última dificultad importante como es la subida a la ermita. Por supuesto que la misma no hay más narices que hacerla andando a la par que con el frontal encendido ya que empieza a no verse nada. Una vez coronada, llega una bajada potente y técnica que, cómo no, afronto trotando todo lo que puedo. La bajada a Benaojam ni te cuento: a toda leche. Me vuelve a llamar Jose Pepe y me pilla corriendo a esas alturas. Ni yo mismo doy crédito. De ahí a meta más de lo mismo. Corriendo en los llanos y bajadas y andando lo duro. Finalmente 3H y media para ese último trayecto en lugar de las 4 de hacía 2 años.

Tiempo total: 13H 19’.

Por cierto, los últimos metros fueron muy emocionantes ya que es muy diferente llegar a Ronda, a su avenida principal, la Alameda del Tajo, a una hora prudencial como las 12’25 de un sábado son muy diferentes a las 4 de la mañana en que no queda ni el tato. La calle estaba llena de gente aplaudiendo, haciendo ruido, poniéndole a uno la carne de gallina. Tremendo.
Bueno, el resto os lo podéis imaginar. Abrazos, besos, vítores, ladrillo al cuello, “arrastre al hotel” dolores, un ataque inusual de escalofrçios… las defensas están por los suelos, pero tengo una tremenda satisfacción ligada a ese viejo dicho: la mayor fuente de energía que existe es la voluntad, y eso, sin duda, es una verdad como un templo.

La crisis quedó para los políticos.

Gracias a todos por vuestro interés.

Salut i Km.


domingo, 8 de mayo de 2011

AVANCE FINAL: DOBLE CIENTOUNERO PERO NO SUB-15



Hola amigos.


Gracias a todos los que os habéis interesado por este tema en los últimos días y por vuestras llamadas que se han agradecido de verdad.


Finalmente he conseguido el objetivo de tener el famoso ladrillo en la vitrina. (la otra vez fué una medalla) No ha sido en sub-15 sino un !Sub 13' 30!

13H 25' a falta de confirmación oficial. Una pasada en la madre de todas las carreras.


Ahora me váis a perdonar pero me duele hasta el alma. Os lo cuento con pelos y señales próximamente y espero que lo podamos celebrar en persona y a no tardar mucho.


101 felices saludos.

viernes, 6 de mayo de 2011

26 HORAS PARA LA GLORIA!

Pues eso es lo que queda para poder alcanzarla.

Pasaporte en mano, vaselinas, gorras, mochilas... todo está en orden. Los nervios muchos. Bueno no; ¿o si? !Buf! Que ganas de salir de una puñetera vez y quitárse uno la presión.

Problemas: el tiempo. Aparentemente va a caer la de Dios esta madrugada y durante todo el día de mañana. Ahora mismo y por el día que ha pasado parece imposible, pero los internetes no suelen fallar demasiado con los pronósticos. No importa mojarse corriendo pero el problema es el tiempo parados en el campo de Futbol que no tiene sitio para guarecerse durante la hora y media previa a salir. Por si acaso, chubasquero adicional en un chino para poder tirarlo después de usarlo.

O sea, que lo de siempre en estas vísperas. Si no es el frío es el calor, o la lluvía, o el canguelo.

¿Qué pasará mañana? Más !buf!

Salut i cent ú.

jueves, 5 de mayo de 2011

SEGUNDAS PREDICCIONES: Ni sol ni moscas ni hostias...

Pues mirando las diferentes páginas web en relación al tiempo, como en los toros, hay división de opiniones. De la que más me fío, me muestra lluvia "pa aburrir". Otras, sol con nubecitas, otras nubecitas sin sol... ¿Sabéis que? Me da igual. La única predicción cierta es que bajo de 15 H.
!Toma fantasmada! Si es que de oir tanto a Mourinho, el gitano de Setubal, a uno se le va contagiando. "Boyle chupito" Ja ja ja

Bueno, pues habrá que llevar las mochilas llenas de chubasqueros, calcetines, toallas y demas muda. Por logística que no quede.

Mañana Jueves último entrenamiento, por llamarlo de alguna manera. Rodaré 45 minutitos por matar el gusanillo y estrenar el nuevo Forerunner.

Seguiremos viendo webs del tiempo para matar los nervios y leyendo la crónica del mago de los tiempos cuando era pseudo-atleta para motivarnos.

Salut i cent ú.

domingo, 1 de mayo de 2011

Campana y se acabó!!!

Hola amigos.

Lo más complicado ha pasado. Más de 1150 Km. desde el dia de San Silvestre rematados con los 319 de Abril . Han sido en total 105 días de calzarse las zapatillas contando el último, el de ayer sábado, con una última salida seria de 22 Km.

A partir de ahora solo queda que entrenar la cabeza, repasar mentalmente las etapas y prepararse lo suficiente para no ceder en los momentos difíciles que vendrán. Seguro que sí.

En lo físico no puede ir mejor la cosa. Fuerte como un toro, 64 quilitos y lo mas importante: no me duele nada. La idea, ya sabéis, es bajar de 15H, y si el tiempo acompañara un poco creo que se puede conseguir, aunque en este tipo de pruebas es mejor no hacer demasiados pronósticos.

El del tiempo, por el momento parece que sigue mostrando más sol que nubes. Veremos que pasa en los próximos días. Esta semana en la meseta el Lunes es festivo, por lo que seguiremos de descanso activo corriendo entre 5 a 8 Km cada día de manera muy relajada para mantener activos los músculos. El Viernes a las 8' 30 tomaré el tren hasta Ronda, acompañado por la fiel y morena escudera, y nos aprestaremos a vivir la previa y el ambiente cientounero.

Os seguiré contando. Boyle, chupito !!!

Salut i cent ú.

martes, 26 de abril de 2011

PRIMERAS PREDICCIONES: SOL Y MOSCAS

http://www.eltiempo.es/ronda.html


Pues parece que habrá que subir otra vez la cuesta de los cochinos a 30º... El sol de Ronda vale más que esos veintialgo que muestran las primeras predicciones. Seguro.

Allí estaremos con lo que nos echen. !Boyle chupito! Ja ja ja

Salut, república i 101 abrazos.

MAYO 2011

CIENTOUNERO SUB 15