martes, 11 de agosto de 2009

QUE VIVAN LOS LIOS !!!!!!


Pues eso. Que solo unas líneas para informaros que el próximo 1 de Agosto del 2010 espero convertirme en "home de ferro", lo cual, seguro que será algo complicado. Seguro que si. Entre otras cosas, nadar nado bien solo hacia abajo y en los últimos 10 años mi coqueteo ciclista se ha ceñido a la ciclostatic que tengo aparcada en el garage...
Será un nuevo reto y ahí estaremos. Si hace falta desafiar al mago, pues lo desafiaremos. Si hace falta retar al Alemán, pues lo retaremos. (Otto, ¿te apuntas?)
Que no sea por no meterse en líos. Ya os contaré porque antes está la maratón de Helsinki el próximo sábado, y como siempre, esa será otra historia.
226 saludos. (a ver si alguien lo descifra)

lunes, 3 de agosto de 2009

FERRAN TORRENT: "EL TIGRE DE SEDAVÍ"


Hola amigos.

¡Quién me lo iba a decir! Tener la oportunidad de saborear un rato con alguien que le ha proporcionado a uno tantos ratos de entretenimiento, a la vez que retrotraído a los recuerdos más ocultos de la Valencia de la niñez, es una de esas exquisiteces que inesperadamente suceden y que por lo azaroso, todavía hace que el placer sea más sublime.

A Ferrán lo descubrí creo que por el año 98. Un amigo me recomendó una de sus novelas “la mirada del tafur” la cual engullí con fruición sobretodo porque tenía dos de los componentes fetiche que me excitan: el juego y la Valencia de los 60/70. Después de este primer encuentro, como a muchos otros autores, le otorgué una excedencia literaria, o quizá me la conferí a mi mismo para leer cosas de más enjundia como el Marca, As, Sport… La cuestión es que me volví a acordar del amigo cuando en Agosto de 2.000 “sufrí” mi exilio profesional voluntario en tierras Lusas. Lisboa me hizo reencontrarme con la obra de Torrent sobretodo porque en aquellos momentos de morriña recordé que existía un autor que ambientaba la mayoría de sus novelas en Valencia, y claro, solito que estaba uno por aquellos terrenos entonces todavía inhóspitos, pues recurría a cualquier recurso emocional que le recordara a la añorada “terreta”.

En una de las visitas mensuales por aquella época a la familia recuerdo una visita al Fnac de San Agustín. Por cierto, no me resisto a hacer una imitación literaria, a años luz de distancia, de lo que mi amigo podría decir: “situado enfrente de la famosa iglesia que lleva el mismo nombre y cuya última reforma le da un aspecto de templo típico del gótico Valenciano. Aunque primitivamente se situaba en campo abierto y lejos de las murallas musulmanas, hoy en día queda inmersa en el bullicio mundano de la ciudad”

Bueno, pues eso, que me dejo de tonterías y vuelvo a lo que quería decir. Que fui al Fnac, cogí a uno de los dependientes y le requerí por los libros del Tigre de Sedaví.

- ¿Cual quiere?
Me preguntó el chaval
- Todos
Fue la respuesta.

Total, que cargué con el montoncito de libros para Lisboa y poco a poco, y en orden cronológico comencé a leer con auténtica devoción toda la obra: “No emprenyeu el comissari” “Penja els guants Butxana” “Un negre amb um saxo” “Cavall i rei”… y así hasta que en un par de semanas se acabó… ¡Cuánto maldije al tío por no haber escrito más!

La verdad es que amén de la compañía que me proporcionó en aquellos tiempos, pude descubrir a un novelista que me apasionaba ya no tan solo por tener gran parte de su obra ambientada en Valencia (por cierto, tiene bemoles que tilden de Catalanista ciertos sectores “clásicos” a un tío que ha fomentado a esta ciudad y a sus pueblos de esta manera) sino por los personajes de sus novelas. Y es que Ferran Torrent es un personaje de personajes; sus Tordera, Barrera, Butxana, Lloris, L’ oncle Tomás, Juanito el Moro… no son reales, pero es como si lo fueran. La riqueza de caracteres y personalidades tan variopintas de cada uno de ellos es como la vida misma: dura, divertida, inmisericorde… pero sobretodo una cosa: humana.

Todos ellos tienen un “algo”; se complementan y retroalimentan unos a otros de manera que estemos pendientes de ellos tanto como de las tramas de las novelas y que hacen sentirnos algo huérfanos cuando pasamos la última hoja del libro.

Bueno, pues el tema es que por casualidad, hace unas semanas en la boda de un amigo común me reencontré con Ernesto Muñoz, ex-orfeonista como servidor y natural, de Sedaví igualmente. Casualmente vino el tema de Ferrán Torrent a la conversación y me comentó que se conocían desde niños, que cuando quisiera podíamos ir a comer, etc… Llegados los postres, con alguna dosis de escepticismo y seguramente con alguna copa de más que contribuyó a que la euforia se desatara le espeté el típico:
- “No tens collons” “Dime día, hora, bajo de Madrid ex profeso y pago la paella. Donde haga falta”

Un par de días más tarde, cuando en plena vorágine de Multinacional Japonesa me encontraba abnegadamente laborando para contribuir a la riqueza nipona, recibí la llamada de Ernesto.

- “De aquí en 8 días en casa Carmina” “A las 2”

Después de inquirirle sobre la veracidad de la cita, de la cual casi ni me acordaba, tuve que empezar a arreglármelas para poder huir unos días después de la meseta para poder pasar un delicioso rato de “paelleta y tertulia”

La cita en la plaza del pueblo, allí donde se sitúa el casino, escenario de algunas de los pasajes más hilarantes de “La vida en el abismo” con Juanito el Moro y el cura como protagonista. ¡Si se supiera la verdad!

A las 2, como un clavo se presentó junto a Ernesto que lo recogió en su casa situada a escasos 50 metros de la plaza, y es que Ferrán, a pesar de la odiada popularidad y éxito, no renuncia a sus orígenes de los que presume y se siente orgulloso. Le gusta estar con la gente normal; sus clientes y foco de inspiración cotidiana.

El menú no muy extenso pero sabroso de verdad. Ensalada de Tomate con atún, pero atún de verdad, servido en jugosos lomos de los que no hay que trocear salvo para la ingesta. Clochinas de las de los meses sin “R” y después un delicioso arroz a banda. Todo esto regadito con un excelente tinto Valenciano, Rafael Cambra, y por un buen cava, “Agustí Torrelló Brut” que siguió a los postres y acompañó a la tertulia.

Ferrán es un tipo menudo,vivaz, de mente agil, fuerte, de los que mira a la cara cuando con vehemencia y convicción defiende lo que piensa, y pensar, os aseguro que piensa. Las cosas las tiene claras y es de los que aprecia estar con personas, lo racional, la charla, la complicada vida sencilla. Para él, el dinero es secundario y es de los que admite que su única necesidad es disponerlo para conquistar el bien más preciado: el tiempo.

La popularidad le produce cierto desasosiego y le incomoda. No se siente a gusto saliendo en los medios. Prefiere la “partideta” en el casino del pueblo que las ruedas de prensa de los premios literarios. La charla de fútbol con los mortales que las colaboraciones obligadas en los medios. (Me recuerda a aquella famosa canción de Serrat “cada loco con su tema” que rezaba en una estrofa: “soy partidario de las voces de la calle más que del diccionario” )

Lo que hay que reconocer es que vivir, ha vivido. Conoce a un montón de variopintos personajes, unos más afamados que otros. Anécdotas y “encierros” te podría contar por docenas. La mejor, la de “Gracias tía gorda”, la guardo como secreto de sumario para no desmitificar a L’ oncle Tomás.

Lo más importante, es que a pesar del éxito, la fama, las influencias, contactos y demás zarandajas, Ferrán es como es: un tío auténtico, de la calle, amigo de sus amigos y que no se ha dejado turbar por todos los factores que irremediablemente cohabitan a su alrededor.

Aunque segundas partes dicen que nunca fueron buenas, no renuncio al placer a repetir.

Gracias por el rato y disculpa mi atrevimiento si es que llegas al final de esta soflama.

101 Saludos.

MAYO 2011

CIENTOUNERO SUB 15