Esta semana no se puede hacer otra cosa que rendirle un pequeño homenaje al mago, que se ha metido entre pecho y espalda la maratón de sables con una exhaustiva preparación, cimentada básicamente en las visitas efectuadas al enópata en los últimos meses así como a otros garitos semejantes y con el objetivo de madurar estratégicamente el plan de ataque a las arenas desérticas.
No cabe duda que una de las especialidades de la magia y la que más domina nuestro amigo es el mentalismo. Y es que, hay que estar mentalmente muy fuerte (en términos básicos, echarle muchos cojones) para afrontar un reto como este, rayando los límites humanos con una preparación escasa. Mejor dicho, sin ninguna preparación.
Tengo que reconocer que en círculos de amigos, hemos comentado este reto en las fechas previas a su inicio y sinceramente no daba un duro por el. Viendo su estado de forma en la semana fallera y en las semanas anteriores, difícilmente podía pensar que no arrojara la toalla en las primeras dificultades que se presentaran en una carrera tan larga y tan agónica. Craso error. El mago ha sacado otra vez de la chistera esa casta que le caracteriza y ha acabado con el desierto, con mis vaticinios negativos y con todo lo que se le ha puesto por delante. Sin duda va a ser un más que digno enemigo en Ronda mucho mayor que los 101 que tenemos por delante.
Toda una legión de seguidores hemos estado siguiendo las evoluciones de Pepo en la famosa pagina darbaroud.com, en el foro de carreras populares, en el de el atleta... y todos sin excepción hemos sentido una inmensa alegría por el hecho que haya vencido en este reto. Creo que esto es lo mejor con lo que nuestro mago se puede quedar. Saber que tiene muchas personas que lo apreciamos (será por algo) y que con nuestro cariño le hemos dado entre todos un empujoncito para que pudiera derrotar a todas las dunas.
Mi más que sincera enhorabuena!!!
Salud y Km.
P.S. Esta semana no hablo de mi preparación para Ronda porque después de la exhibición en Marruecos, lo demás es pecata minuta y solo hay un favorito en las casas de apuestas, salvo que, en alguna servilleta se plasme otra cosa.
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